IMEDEA día a día: Scott Bennett
- Scott Bennett, investigador contratado Marie Curie en el IMEDEA (UIB-CSIC)
Foto: Scott Bennett en su despacho del IMEDEA (Autora: Charina Cañas)
Esporles, 3 de noviembre de 2017. Scott Bennett es Licenciado en Biología Marina por la James Cook University (Australia) (2007) y doctor por la University of Western Australia (2015). Trabaja en el IMEDEA desde marzo de 2016 con una Marie Curie Fellowship de dos años de duración que acaba en marzo de 2018 y acaba de sacar una Juan de la Cierva para otros dos años más.
A la pregunta de ¿qué estás haciendo estos días?, nos contesta que en estos momentos está liado con el proyecto de la Marie Curie con el grupo de Cambio Global, comparando la vulnerabilidad de las comunidades costeras al calentamiento del mar. Está comparando poblaciones de macrofitos como la Posidonia, la Cystoseira y especies de algas y praderas marinas alrededor de su rango biogeografico, para ver en que partes del Mediterráneo y de Europa son más vulnerables al cambio global.
Combina trabajo de campo con experimentos en el laboratorio con acuarios. Muestrean a lo largo de toda la distribución de una especie. En el caso de las especies del Mediterráneo están tomando muestras en Cataluña, Baleares, Creta y Chipre y para las especies del Atlantico en Groenlandia, Inglaterra y Portugal. Luego hacen experimentos con ellas a distintas temperaturas dentro de su rango y hasta su máximo limite térmico, o sea, entre 8 y 36ºC, y miden el comportamiento fisiológico y expresión genética de estas poblaciones y lo comparan con otras poblaciones.
En principio, al tratarse de la misma especie, se habría de comportar igual, pero si esto fuera así, lugares como Creta y Chipre, en el Mediterráneo occidental, serían más sensibles al cambio climático ya que el agua allí está más caliente. Por lo tanto hay que ver si las poblaciones de allí son más sensibles al calentamiento del mar o si se han adaptado a unas temperaturas más altas.
Por ejemplo, la Posidonia de Mallorca ya vive en aguas a unos 27-28º. Si su limite es de 29°, entonces sabemos que le queda un margen de 1-2° y podría ser que al final de este siglo ya estén tocando este límite con relativa frecuencia.
La primera pregunta es si se están adaptando o no, porque muchas especies no son adaptables. O sea, si es verdad que hay diferencias entre poblaciones o no. La segunda pregunta es qué tipo de características biológicas o medioambientales tienen las poblaciones y sitios donde vemos adaptación o no. O sea, si hay características generales entre especies que nos pueden informar de la sensibilidad de una especie en cualquier sitio.
Hace unas semanas estuvo en Chipre de campaña tomando muestras que ahora está dejando crecer a distintas temperaturas en acuarios. En julio estuvieron en Creta, donde estuvieron maestreando el máximo de sitios en cada isla.
Para ver cómo la variación de temperatura en distintos lugares ha afectado a la evolución de estas poblaciones, combinan estudios de la fisiología con genética y las interacciones entre especies dentro del ecosistema.
En mayo estuvo en la King Abdullah University of Science and Technolog (KAUST) para asistir a un taller sobre el efecto de las especies invasoras en los ecosistemas marinos del mundo. Tienen un proyecto relaccionado con este tema para ver cómo va a impactar el cambio climático a estas especies invasoras. Ver si los efectos serán positivos o negativos y su duración.
Las especies invasoras y el cambio climático, aunque son fenómenos independientes, están interactuando entre sí. La cuestión es ver qué pasará en el futuro, si será beneficioso para las especies invasoras y peor para los ecosistemas nativos, o si será indiferente.
Su día a día ahora es, por tanto, trabajar en el laboratorio y escribir publicaciones. Recientemente acaban de publicarle un artículo sobre el herbivorismo de los peces en los bosques de kelp en Australia.
Foto: Scott Bennett de campaña en Creta
Fuente: IMEDEA (UIB-CSIC)