IMEDEA día a día: Julia Máñez Crespo
- Julia Máñez Crespo, permiso de estancia en el IMEDEA (UIB-CSIC)
Foto: Julia Máñez Crespo en su despacho del IMEDEA (Autora: Charina Cañas)
Esporles, 9 de agosto de 2019. Julia Máñez Crespo es Ingeniera Agrícola por la Universidad Politécnica de Cataluña (2010) y Máster en Ciencias del Mar Oceanografía (2011) y Gestión del Medio Marino (2012) por la Universidad de Barcelona. Posteriormente realizó los cursos de doctorado en la Universidad de Los Lagos, Chile, donde empezó su tesis doctoral que, desde abril de 2018 hasta marzo de 2020, estará acabando en el IMEDEA.
A la pregunta de: ¿qué estás haciendo estos días?, nos contesta que en estos momentos está procesando las últimas muestras de morfometría y carbohidratos. Una vez tenga todos los datos procesados habrá de ponerse a analizarlos.
Va un poco justa de tiempo porque inició su tesis en Chile con macroalgas kelp, pero por diversos motivos, cuando llegó a España, tuvo que cambiar al estudio del funcionamiento ecológico y la resiliencia de las praderas de Cymodocea nodosa desde el punto de vista genotípico hasta el biogeográfico, coodirigida por Alejandro Buschmann (Universidad de Los Lagos, Chile), Fiona Tomás (IMEDEA) y Fernando Tuya (Universidad de Las Palmas de Gran Canaria) y encontrándose en estos momentos en su último año de tesis.
En su tesis utiliza datos de Mallorca, Alicante y Canarias, muestreando tres praderas diferentes en cada zona, porque la diversidad genotipica de las praderas es diferente en cada sitio. Recientemente ha esta haciendo trabajo de campo en los tres puntos de Mallorca: Aucanada, Es Barcarés y Formentor. Los datos de Alicante y Canarias no los recoge ella, si no que se los mandan. Estos días está recibiendo las ultimas muestras de morfometría de Alicante y las procesará la semana que viene.
En cada zona está mirando tanto la resiliencia (capacidad de resistir o recuperarse tras una perturbación) como el funcionamiento ecológico, para ver cómo aquella puede estar influenciando el funcionamiento ecológico más centrado en la diversidad de peces.
La morfometría la realiza midiendo los haces (cada planta es un haz del que salen las hojas). Cuenta el número de hojas, mide la longitud y el ancho. También quita todos los epífitos (plantas que viven sobre otras) que tienen enganchados, porque esta carga epífita la va a relacionar con la biomasa de las plantas que ya ha procesado y con la diversidad de peces de cada pradera. Solo mide peso seco de carga epifita, no determina las especies de que se trata, pero si la diversidad de peces asociados a la pradera. Han hecho transectos de peces viendo cada especie, el tamaño y el número de individuos, en cada una de las tres estaciones de cada zona de estudio, para obtener así la variabilidad anual y de la riqueza de especies.
Analiza los carbohidratos y nutrientes de las partes enterradas de la planta (rizoma y raiz) siguiendo un protocolo ya existente en el grupo. En las hojas mide también nutrientes como carbono y nitrógeno, porque con el experimento de 'clipping' (recorte), que imita el efecto del herbivorismo de los peces sobre las praderas, quiere ver cómo las plantas son capaces de movilizar los nutrientes hacia las raíces (que es como su reservorio) cuando están siendo sometidas a estrés.
Con el experimento de ‘clipping’ quieren evaluar cómo puede afectar el sobreherbivorísmo a estas praderas y su capacidad de respuesta midiendo la resiliencia como la resistencia más la recuperación. Piensan que no todas las praderas van a tener el mismo comportamiento (habrá praderas que resistan mejor el cambio que otras) y que esto va a estar relacionado con la diversidad genotípica. En estudios similares se ha observado que a pesar de que hay praderas con diversidad genotípica muy baja, si que ha habido seguramente un proceso de selección natural para una perturbación concreta, resistiendo a esa perturbación. El problema en estas praderas seguramente se de cuando la perturbación sea otra, pues al ser la mayoría de individuos de la población de plantas similares genotípicamente, disminuye la posibilidad de que algunos sean resistentes a dicha pertubación .
También colabora en otros proyectos del grupo en el que trabaja, sobre todo con el tema de especies invasoras, y concretamente con Halimeda incrassata. Recientemente han ideado, junto con personal del grupo de robótica de la Universidad de las Islas Baleares (UIB), un vehículo marítimo de superficie autónomo para monitorizar de manera automática la presencia de algas invasoras, e intentar controlar la explosión poblacional de una especie (en este caso Halimeda incrassata), antes de que se extienda más. Por otro lado, como dentro del grupo en el que trabaja es la que está especializada en censos visuales de peces, cada vez que hay que hacerlos se encarga ella para así disminuir el error humano. También colabora en el proyecto que estudia el funcionamiento ecológico de Cymodocea nodosa en el Parque Nacional de Cabrera.
En diciembre estuvo en la Universidad de las Palmas de Gran Canaria haciendo un curso de estadística ('Introducción al diseño experimental y análisis estadístico') y en octubre irá a Malaga, al II Congreso de Jóvenes Investigadores del Mar.
A partir de septiembre tendrá a su cargo a un estudiante de Holanda que seguramente le ayudará con los análisis de carbohidratos, pues para entonces espera haber acabado de procesar todas las muestras de morfometría.
En cuanto a publicaciones, va a sacar dos con el grupo en breve, una de su tesis y otra del proyecto RESIGRASS.
Foto: Julia Máñez Crespo muestreando Halimeda incrassata en Cala Blava (Autor: Gonzalo Egea)
Fuente: IMEDEA (UIB-CSIC)