Identifican áreas clave para la conservación del Paíño Europeo y la biodiversidad marina en el Mediterráneo
Un equipo de investigadores, liderado por el IMEDEA (CSIC-UIB), ha identificado zonas clave de alimentación para el Paíño Europeo (Hydrobates pelagicus), la especie de ave marina más pequeña del Mediterráneo. Estas áreas, ubicadas en el Mar de Alborán, la Cuenca Balear y la costa del noroeste de África, destacan por su alta energía, bajas temperaturas y riqueza en nutrientes. El estudio, que combina datos de seguimiento GPS con variables oceanográficas, como la concentración de clorofila (Chl-a), revela que estas zonas permanecen en gran medida desprotegidas y amenazadas por actividades humanas como la sobrepesca, las infraestructuras energéticas marinas y la contaminación, que pueden ser un peligro tanto para el Paíño Europeo como para la otras especies marinas.
Imagen: Hydrobates pelagicus.Autor Alexandre Roux
Los resultados destacan que estas aguas altamente dinámicas, influenciadas por procesos físicos, como los remolinos de diferentes escalas, desempeñan un papel crucial en la concentración de nutrientes y, por ende, en la distribución de las zonas de alimentación del Paíño Europeo durante el periodo de incubación. Estas aves realizan desplazamientos largos y dirigidos hacia estas áreas ricas en nutrientes para alimentarse, un comportamiento que contrasta con el de otras aves marinas, como las pardelas cenicientas (Calonectris diomedea), que suelen buscar alimento en zonas más próximas a sus colonias de cría.
A pesar de la importancia ecológica de estas áreas, el estudio destaca que sólo un 6 % de ellas están incluidas dentro de áreas marinas protegidas (AMP). Por lo que es fundamental ampliar la protección hacia zonas pelágicas, no solo costeras, y establecer áreas de protección temporal que consideren las características dinámicas de los pequeños frentes y remolinos, esenciales para la alimentación del Paíño Europeo. Esto no solo contribuiría a la conservación de esta especie, sino que también generaría beneficios indirectos para otras especies que comparten estas zonas de alimentación.
Este trabajo proporciona evidencias clave para guiar políticas de conservación en el marco de la iniciativa global "30x30", que busca proteger el 30 % de los océanos para 2030. Sin embargo, los autores subrayan que estas estrategias deben basarse en criterios de efectividad y enfocarse en la protección de áreas esenciales para la biodiversidad marina.
El estudio refuerza la importancia de la colaboración internacional y multidisciplinar en el desarrollo de estrategias de conservación que integren conocimiento científico, gestión adaptativa y acciones para mitigar los impactos de las actividades humanas en los ecosistemas marinos.
Enlace al estudio completo: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0006320724004750?via=ihub