El proyecto 'IslandLife' creará una base de datos única que contribuirá a entender cómo el cambio global afecta a la biodiversidad de cinco archipiélagos del mundo, entre ellos Baleares

08/05/2022

 

 

Foto: Anna Traveset junto a una tortuga gigante en Bird Island, Seychelles

 

 

Esporles, 9 de mayo de 2022. El proyecto ‘IslandLife’, liderado por la Profesora de Investigación del IMEDEA (CSIC-UIB) Anna Traveset, es una de las cuatro ayudas Advanced Grant del Consejo Europeo de Investigación concedidas al Consejo Superior de Investigaciones (CSIC). 

 

 

Con una dotación de 2,5 millones de euros, Traveset pretende crear una base de datos única que compare la biodiversidad de islas vírgenes y habitadas en cinco archipiélagos del mundo: Galápagos, Seychelles, Svalbard, Canarias y Baleares.

 

 

La biodiversidad está disminuyendo en el mundo a un ritmo sin precedentes, especialmente en las islas, ecosistemas muy sensibles a la actividad antropogénica, por lo que no es casualidad que el 80% de extinciones de las que tenemos conocimiento sean de especies insulares. 

 

 

El objetivo que se ha marcado Anna Traveset en su proyecto 'IslandLife' es, por ello, describir la biodiversidad única que albergan las islas y comprender su complejidad para mitigar el efecto del cambio global, concretamente el de las invasiones biológicas, una gran amenaza en muchas islas del mundo. Para llevar a cabo el proyecto, recorrerá (junto con un equipo de científicos) los distintos archipiélagos arriba mencionados, abarcando varias latitudes situadas en cuatro de los cinco océanos existentes (Pacífico, Indico, Ártico y Atlántico). En cada localización se realizarán dos muestreos, uno en cada una de las estaciones más contrastadas (lluviosa y seca), con el fin de capturar más biodiversidad.

 

 

Con el mismo protocolo de muestreo en todas las ubicaciones, los investigadores compararán en cada archipiélago una isla poco perturbada y otra habitada por el ser humano. En el caso de Balears, por ejemplo, se examinará el islote de Na Redona, de unas diez hectáreas, con una zona de un tamaño similar en la isla de Cabrera; la primera es una pequeña isla relativamente prístina, mientras que la otra está perturbada por la huella humana. Ginetas, ratas, conejos o erizos, todos ellos presentes en la isla de Cabrera, son solo algunos ejemplos de especies invasoras introducidas por la actividad humana a lo largo de los años.

 

 

La biodiversidad estudiada no comprenderá sólo las especies si no sus interacciones. El proyecto pretende abarcar muchos tipos de interacciones, que van desde las que ocurren bajo el suelo (plantas y hongos antagonistas y mutualistas), hasta las relaciones depredador-presa, pasando por las interacciones de polinización, dispersión de semillas, herbivoría y parasitismo. Una titánica tarea que ayudará a describir la red trófica de la comunidad, conocer quién come a quién. Se empleará la aproximación de redes complejas multicapa, así como tecnologías moleculares de última generación, como las de metabarcoding. Además, se pretende desarrollar nuevos modelos de coextinción que permitan predecir el riesgo de colapso del ecosistema si desaparecen especies e interacciones clave para su funcionamiento.

 

 

Con este estudio sin precedentes, Traveset y su equipo quieren crear una base de datos única, que será de libre acceso y servirá a científicos, investigadores y gestores medioambientales en su labor. Por si fuera poco, crearán también un programa informático usando técnicas de inteligencia artificial para identificar polinizadores (insectos que transportan el polen de unas plantas a otras) y que se pueda utilizar para monitorearlos, por ejemplo, en reservas o parques naturales. 

 

 

El proyecto IslandLife, que tendrá una duración de cinco años, aspira a arrojar luz en el desafío de comprender la complejidad de la naturaleza, utilizando para ello una de las mejores calculadoras de la huella ecológica: las islas, cuyos ecosistemas atesoran una riqueza de especies que merece la pena contemplar antes de que el paso del ser humano lo extermine.

 

 


Fuente: IMEDEA (CSIC-UIB)

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