El Cambio Global, definido como el impacto global de las actividades humanas locales de cualquier tipo sobre el funcionamiento de la biosfera, está impulsado por una fuerza común: el crecimiento de la población humana unido a un mayor uso de los recursos (energía, agua, tierra, biodiversidad, productos químicos y elementos clave). Los impactos globales de las actividades locales surgen de los procesos de transporte en la hidrosfera, la atmósfera y los océanos, y dan lugar al cambio climático, la desertificación, la erosión del suelo, la escasez de agua, la eutrofización, la hipoxia, la acidificación de los océanos, la contaminación y la pérdida de biodiversidad.

La contribución de la ciencia es fundamental para hacer frente a este desafío. La investigación científica contribuirá a comprender, prever y, en última instancia, gestionar mejor los riesgos que plantea el cambio global, mediante medidas de adaptación y mitigación. La investigación sobre el cambio global requiere un importante componente transdisciplinar, así como una masa crítica.

Las Islas Baleares son especialmente vulnerables al Cambio Global debido a (a) el hecho de la insularidad; (b) la fuerte dependencia de su economía y tejido social del turismo, un sector especialmente vulnerable al Cambio Global; (c) la particular vulnerabilidad del área mediterránea, en particular de sus archipiélagos, al cambio climático, con tasas de calentamiento e intensidad de sequía más rápidas que cualquier otra zona del mundo, excepto el Ártico.