IMEDEA día a día: Marina Sanz

01/03/2018

  • Marina Sanz, estudiante de doctorado de la Universidad de Barcelona desarrollando su tesis en IMEDEA (UIB-CSIC)

 

 

Foto:  Marina Sanz en su despacho del IMEDEA (Foto: Charina Cañas)

 

 

Esporles, 2 de marzo de 2018. Marina Sanz es Licenciada en Ciencias del Mar por la Universidad Católica de Valencia (2010) y Master en Cambio Global por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (2011). Investiga en el IMEDEA desde 2013, aunque actualmente se encuentra oficialmente en paro.

 

 

A la pregunta de ¿qué estás haciendo estos días?, nos contesta que en estos momentos está muy contenta porque acaban de seleccionar su monólogo sobre los efectos del cambio climático sobre el Océano Ártico, el tema de su tesis doctoral, para la semifinal de FameLab España, que tendrá lugar en Zaragoza el 6 de abril.

 

 

Estos días está preparando la defensa de su tesis doctoral, que será el 9 de marzo en la Universidad de Barcelona, y también haciendo revisiones de artículos aceptados, pero que requieren una serie de cambios. En su tesis investiga el aumento del CO2 y posibles expansiones de la vegetación marina hacia el norte en el Océano Ártico. Evalúa el efecto del CO2 y de largos fotoperiodos (mayores horas de luz) que se producen en las zonas del Ártico norte, testando la hipótesis de que las macroalgas emigren hacia zonas polares más al norte. Cuando el hielo se retira queda mucha más zona expuesta a la luz y esa retirada de hielo puede favorecer que plantas y algas migren hacia el norte buscando la luz. Como ahora está habiendo muchas más zonas descubiertas de hielo, es posible que las macroalgas y las plantas colonicen zonas que están más al norte. Algas y plantas que nunca se habían encontrado en zonas al norte de Groenlandia, es posible que empiecen a migrar hacia arriba y a colonizar nuevos hábitats porque hay más horas de luz diarias (en el ártico hay muchas horas de luz en verano). Ese cambio del aumento de fotoperiodo junto con el efecto del CO2 de la atmósfera que pasa al agua sobre el fitoplancton, macroalgas y plantas, puede favorecerles y hacer que migren hacia el norte. También trabaja con distintos métodos para medir la producción primaria del fitoplancton, cuanto oxígeno producen las microalgas y cuanto carbono fijan.

 

 

En su tesis ha concluido que el CO2 favorece la producción primaria, o sea, la generación de oxígeno por parte del fitoplancton, pero sólo durante un periodo de tiempo muy concreto. Cuando en el ártico se produce un bloom de fitoplancton que dura 3 semanas (el fitoplancton empieza a crecer y el agua se empieza a poner verde y a producir oxígeno y consumir carbono), durante 9 días el aumento del CO2 favorece la producción de oxígeno del fitoplancton a través de su floración, lo cual es bastante tiempo en una escala de tiempo de 3 semanas. Podemos encontrar blooms durante toda la primavera e incluso en verano. Que en un bloom de algas se produzca una estimulación de fitoplancton por parte de un aumento del CO2 puede tener consecuencias a gran escala que todavía se desconocen.

 

 

Para la toma de datos de su tesis se embarcó en 4 campañas de un mes cada una en el Noroeste de Svalbard y estuvo 4 meses en Nuuk, la capital de Groenlandia, donde salía todas las semanas con un barco al Fiordo, a muestrear la columna de agua que luego era analizada en el laboratorio.

 

 

 

El último congreso al que ha asistido ha sido el Arctic Frontiers, en Tromsø, en enero de 2017.

 

 

Foto: Marina Sanz de campaña en Nuuk, Groenlandia (Foto: Fernando Ugarte)

 

 

 


Fuente: IMEDEA (UIB-CSIC)