Proyecto CERES: La pesca frente al cambio climático

25/04/2017

  • El proyecto CERES estudia el impacto del cambio climático sobre la producción y distribución de peces, crustáceos y moluscos de Europa, y las actividades económicas asociadas.
  • Entre sus principales objetivos está el de proporcionar herramientas y desarrollar estrategias adaptativas que permitan a los sectores pesquero y acuícola anticiparse.

 

 

Foto: (de arriba-abajo,izq.-dch.) llampuga, boquerón, sardina, almeja y mejillón.

 

 

Esporles, 24 de abril de 2017. El calentamiento del planeta ya está provocando cambios en los núcleos de distribución de muchas especies y todo apunta a que las consecuencias, algunas más previsibles que otras, van a notarse a una velocidad incluso mayor de la prevista hace unos años

 

Debido a cambios en la temperatura del agua, hay muchas especies presentes en ciertas latitudes que antes no estaban. En el caso del atún y la anchoa, su mayor presencia en los últimos años en latitudes altas se debe a la expansión geográfica del rango térmico tolerable de estas especies. En otros casos, como el descenso de la sardina en el Mediterráno occidental o el aumento del bacalao en el norte de Europa, las causas de estos cambios no están tan claras y puede tener que ver con relaciones con otras especies cuya abundancia ha ido cambiando.

 

El proyecto CERES (Climate change and European aquatic RESources), financiado por el programa Horizonte 2020, estudia el impacto del cambio climático sobre las poblaciones más importantes de peces, crustáceos y mariscos de Europa, sus hábitats y las actividades económicas que dependen de estas especies. Entre sus principales objetivos está el de proporcionar herramientas y desarrollar estrategias de adaptación que permitan a los sectores pesqueros y acuícolas, y a sus organismos de gestión, anticiparse y prepararse ante los cambios adversos o beneficios futuros del cambio climático.

 

En la iniciativa participan un centenar de investigadores de 26 centros de toda Europa entre los que se encuentra el IMEDEA (UIB-CSIC), el Instituto de Ciencias del Mar (CSIC) y cuatro centros del Instituto Español de Oceanografía (IEO), así como pequeñas y medianas empresas.

 

La investigación se centra en más de una treintena de especies comercialmente importantes de las aguas europeas (desde el Mediterráneo hasta el Ártico) y aguas interiores (ríos y lagos), lo que abarca desde pesquerías como el bacalao, el atún, la sardina o el arenque hasta especies de ríos como el salmón o la trucha, pasando por cultivos de mejillón o almeja.

 

En el proyecto Ceres, el CSIC se encarga del estudio de cinco especies, el mejillón, la almeja, la sardina, la anchoa y la llampuga; en las dos primeras, de gran interés en acuicultura, se evalúa experimentalmente el efecto del cambio climático (concretamente del aumento de temperatura y de la acidificación) y en las tres últimas, su producción y cambios en la distribución espacial.

 

El IMEDEA está estudiando el efecto del cambio climático en la llampuga (Coryphaena hippurus), una especie emblemática de las Islas y que con el rápido aumento de las temperaturas puede sufrir cambios, no necesariamente negativos, que afecten directamente al sector profesional y recreativo. En este sentido, el IMEDEA se felicita de la gran colaboración de pescadores y gestores en las iniciativas del proyecto, incluyendo la recogida de información espacial sobre reproductores y la ayuda en el marcaje.

 

 


Fuente: IMEDEA (UIB-CSIC)

Más información:  La pesca frente al cambio climático (Elena Soto/B@leópolis, El Mundo Baleares)